¿Qué postres son típicos de Madrid?
Es evidente que a nadie le amarga un buen dulce e independientemente de si eres más de dulce o de salado, estos cinco platos de repostería conocidísimos en Madrid te llamarán tanto la atención que, como mínimo, querrás probarlos. La capital es uno de los lugares de España que más oferta gastronómica de todo tipo ofrece, ya que se adapta a todos los gustos.
Además, una de las cosas en las que Madrid más destaca es en sus variedades pasteleras y de repostería, ya sean de fechas concretas u otras que se comen todo el año. Contamos con recetas propias y otras elaboradas a partir de influencias culinarias como la árabe, pero sea como sea, están de muerte. Entre todos los platos de repostería podemos destacar cinco:
Panecillos de San Antón
Entre el 12 y el 17 de enero, coincidiendo con las fiestas del barrio, se lleva a cabo la tradicional venta de panecillos de San Antón de 10:00 a 20:00 de la tarde en la Iglesia de San Antón, situada en la calle Hortaleza. Estas fiestas se celebran como honor al patrón de los animales (San Antón), por eso muchos ciudadanos se acercan a la Iglesia para bendecir a sus mascotas y celebrar el Día de San Antonio Abad, figura protectora de los animales.
Estos panecillos están elaborados con ingredientes básicos: harina, huevos, azúcar, aceite de oliva, leche, ralladura de limón, levadura y un par de gotas de aroma de anís. Se elabora una masa, se llevan a cabo bolas de tamaño mediano y se aplastan. A continuación, se hornean y están listos para comer. Además, una de las tradiciones es guardar tres panecillos hasta el próximo año para que entre más dinero al hogar.
Sardinas de chocolate
Hace relativamente poco, nació un nuevo postre oficial de las fiestas de Carnaval en los meses de febrero y marzo: la sardina de chocolate. Aunque es un postre que tiene como ingrediente principal el chocolate y no sabe a pescado, recibe este nombre en honor a una de las celebraciones más tradicionales y esperadas de las fiestas de Carnaval, y es nada más y nada menos que el Entierro de la Sardina. Este evento fue retratado por Goya en uno de sus cuadros con el que se daban por finalizadas las fiestas y se enterraba a la sardina para darle el honor que se merecía.
Bien, pues la mayoría de restaurantes y bares han acogido esta tradición para hacer una ruta gastronómica donde el elemento principal son las sardinas. Podemos encontrar además de sardinas de chocolate, otras saladas, ahumadas, rebozadas, fritas, empanadas o incluso acompañadas de queso.
Torrijas con miel
Las torrijas se han convertido en el dulce típico de la Semana Santa y lo mejor es que es así en prácticamente todo el país. Se trata de un plato elaborado a base de rebanadas de pan bañadas en leche y canela que posteriormente se fríen. La primera información sobre este postre se obtuvo en el siglo XV, donde se ofrecían principalmente a mujeres que estaban de parto o que acababan de parir por su supuesta función reconstituyente.
En cuanto a su relación con la Semana Santa existen dos teorías: por un lado, se pensaba que el pan que sobraba de esas torrijas los días de vigilia se aprovechaba después y por otro lado, que las monjas decidieron popularizarlo durante esta semana para que hubiese más comida durante esa época de hambruna. En Madrid, empezó a ser común tomarlas en las tabernas junto a un chato de vino y lo que diferencia a nuestras torrijas de otras son que solemos cubrirlas con miel, cosa que no se da en todas las regiones.
Rosquillas de San Isidro
Alrededor del 15 de mayo, día de San Isidro, se celebran las fiestas de nuestro patrón en la ermita dedicada a esta figura. Durante esos días el postre de las rosquillas de San Isidro adquiere un papel muy importante. Está formado por harina de trigo, levadura, huevos, licor de anís, azúcar y aceite de girasol. Aunque su origen se remonta al Imperio Romano y a partir de ahí se extendió a Europa, en su historia destaca la figura de la Tía Javiera.
Se trata de un personaje que no se sabe si existió o no, pero que se dice que hacía las mejores rosquillas de la ciudad, con aguardiente en vez de azúcar y empapadas en un jarabe. Actualmente, tenemos cuatro tipo de rosquillas: las famosas tontas sin glaseado, las listas cubiertas de azúcar y limón, las de Santa Clara cubiertas de merengue seco blanco y las francesas con almendra picada y azúcar por encima.
Corona de la Almudena
Finalmente, llegamos a octubre y noviembre con el postre de la corona de la Almudena que está compuesto de harina, azúcar, mantequilla, huevos, agua, levadura y almendras. El 9 de noviembre es el día de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena y por ese motivo las pastelerías se inundan de un dulce similar al conocido Roscón de Reyes. La diferencia es que la corona de la Almudena no se hace con agua de azahar ni lleva fruta escarchada y se creó a partir de un concurso que pretendía crear un dulce como honor a la virgen.
Así es como nació este particular postre que normalmente está relleno de crema, nata, trufa o cabello de ángel y va acompañado de una figurita de la propia virgen. Es un postre que no puede faltar durante estas fiestas.
Aunque estos cinco postres tengan muchos ingredientes en común, la diferencia entre cada uno de ellos es lo que los convierte en tan especiales, por eso y por las grandes celebraciones y emoción que existe alrededor de ellos.
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